Estos hábitos prolongarán la vida de nuestra batería durante mucho más tiempo:
Mover el coche cada cierto tiempo y evitar que se quede parado hará que este componente no se descargue. Solo debemos arrancar el vehículo y andar unos 30 km al mes.
Si vamos a dejar el coche parado, conviene desconectarla de una manera correcta y limpiar los bornes de la batería para eliminar la suciedad en forma de costra blanca que acumule.
Debemos vigilar las cosas que enchufamos a nuestra batería, ya que ciertas conexiones podrán producir picos de tensión.
Vigilar a qué temperaturas trabaja, ya que ni al frío extremo ni las temperaturas demasiado altas son buenas para este componente.
Cuando arranquemos el coche, debemos apagar todos los componentes eléctricos, luces, música, aire, ya que si no le estaremos pidiendo un sobre esfuerzo y acortaremos su vida útil.
Cuando estemos con el coche parado, conviene tener todo apagado, porque si no, el uso de los componentes electrónicos puede descargarla.
No forzarla al arrancar. Si vemos que a nuestro vehículo le está costando arrancar, no debemos insistir con la llave. Es mejor dejarlo descansar así como que la batería se tome unos segundos para volver a intentar poner el motor en marcha.
Si arrancamos el coche lo hagamos con el embrague pisado, ya que si no se pisa, aunque esté en punto muerto el motor, arrastrará algunos engranajes de la caja de cambios, razón por la cual costará más arrancar, y por tanto, se consumirá más batería.
